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El tema de la inocuidad de los alimentos de origen agropecuario ha pasado a tener una gran sensibilidad en el mundo, tanto para el comercio interno, como para el internacional. Los consumidores cada vez están más organizados e informados y, por lo tanto, exigen alimentos sanos. Además, los consumidores levantan su voz frente a los gobiernos, los cuales deben tomar mayor acción a través de los servicios oficiales veterinarios (SOV), quienes, a su vez, aumentan los niveles de exigencias.

 

La inocuidad se ha constituido en el motor fundamental del desarrollo de la producción pecuaria del futuro y es el factor que permitirá mantenerse y crecer en los mercados.

 

En este contexto, los países exportadores que acceden a mercados exigentes han debido hacer un esfuerzo extraordinario para cumplir las condiciones de inocuidad que estos mercados imponen. Por otra parte, en los países del cono sur no siempre se aplican los mismos estándares a la cadena productiva del mercado doméstico, que los establecidos para la industria exportadora; por lo tanto, la inocuidad de los productos de exportación, así como la de los de consumo interno, se constituye en un desafío, cuestión que alcanza una dimensión ética, más que comercial.   

 

Los países de nuestra Región tienen una alta y creciente participación en la  producción y abastecimiento de alimentos de origen agropecuario en el mundo.  El actual desafío no sólo lo constituye la oferta de volúmenes importantes de estos alimentos, sino también, de alimentos de calidad, con garantía de inocuidad para los consumidores.

 

Es por ello que requerimos trabajar en conjunto para potenciar lo que se está desarrollando en materia de inocuidad en nuestros países, donde ya existen iniciativas para la realización de seminarios y talleres regionales, y se cuenta para ello con el poyo de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), a través de su Oficina Regional de Las Américas.

 

La tarea a enfrentar es enorme y por eso los SOV de nuestros países tendrán que hacer los cambios estructurales necesarios para enfrentarla de la mejor forma. Actualmente se identifican tres grandes áreas de acción que deben asumir los SOV: sanidad animal, inocuidad alimentaria y bienestar animal, más allá de la dimensión que deben otorgarle los gobiernos centrales al tema. Por ejemplo, cabe destacar la propuesta levantada por el Gobierno de Chile para transformar al actual Ministerio de Agricultura, en un Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

 

Los aspectos más importantes que se deben considerar para desarrollar una estrategia y adecuada operación de un programa, o sistema de inocuidad alimentaria,  son los siguientes:

 

ü  Contar con una estructura específica orientada a la inocuidad e integrada a las otras áreas de acción de los SOV.

ü  Generar un adecuado conjunto de normas relativas a inocuidad de los alimentos para consumo humano, así como para los piensos e insumos destinados a la producción animal.

ü  Establecer programas de intervención a lo largo de toda la cadena productiva, desde la granja hasta el plato.

ü  Aplicar el principio de precaución y prevención.

ü  Mantener un asesoramiento científico independiente y accesible al público.

ü  Conducir el análisis de riesgo en forma técnica e independiente, lo cual será la herramienta más eficaz para valorar correctamente el peligro de contaminación de un alimento.

ü  Considerar que todos los operadores de la cadena alimentaria son responsables de sus intervenciones.

ü  Asegurar la trazabilidad de los productos en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde el predio hasta el consumidor.

ü  Respetar el derecho de los ciudadanos a recibir información clara y precisa, por parte de las autoridades.

 

Así, tenemos una gran responsabilidad por delante. De nuestro accionar eficiente y transparente dependerá la salud de millones de personas y permitirá desarrollar y mantener una actividad pecuaria sustentable, además del comercio estable y seguro de los alimentos de origen pecuario producidos en nuestra Región.  

  

Claudio Ternicier González, MV, MSc

Jefe División de Protección Pecuaria

Servicio Agrícola y Ganadero – Chile

  

Santiago, enero de 2010